
Las fotografÃas siguientes son el viaje de la garganta de Alardos, de la sierra al llano, de donde germinan sus fuentes hasta donde desemboca en el rÃo TÃetar.
Entra septiembre con dÃas más propicios para hacer más cosas, sin el calor y las altas temperaturas de agosto, el sol nos sigue acompañando pero como un amigo que nos acompaña en nuestras actividades, baños, paseos, bicicleta, caballo…La naturaleza va cambiando de matices y el cielo asimismo.
 
Cae el mes de agosto con anocheceres ensangrentados de luna, que según cuenta uno de los últimos cabreros de Alardos significa que la luna sale de más de anaranjada, presagiando una otoñada escasa. A mà se me antoja una luna imposible de hermosa, silenciosa en su lento ascender como gran bola, que no de fuego sino lucero que deslumbra el alma de quien la mira, saliendo escondida entre el mar adehesado del valle del TÃetar. Para mi presagia la llegada pronta de dÃas más frescos, más tranquilos para los turistas que llegan a los alojamientos rurales de Cáceres, propicios para excursiones largas y chapuzones tranquilos en charcos de aguas esmeraldas, en la maravillosa garganta de Alardos.

Alardos es una garganta plena de gracia, que discurre por el término municipal de Madrigal de la Vera, no deja de sorprender y de agradar con su naturaleza exuberante.



La naturaleza comienza a surgir con más fuerza que con las altas temperaturas del verano. Algunas hembras y sus crÃas de Cabra montes se dejan ver tranquilas por las umbrÃas con pastos aun verdes merodeando por la garganta y sus charcos. En los cielos cientos de abejarucos se concentran para el largo viaje a Ãfrica, al igual que las Ãguilas calzadas que en estas fechas se dejan ver forzando el viento con piruetas imposibles en unos cortejos prenupciales, a todas luces inexplicables, a no ser porque se las ve felices haciendo diabluras en el cielo. También se ven frecuentemente Abejeros y algún Ãguila culebrera preparándose para dar el gran salto que une a Europa y Ãfrica, son la avanzadilla de la gran avalancha de aves migratorias. Ahora son millares de Papamoscas cerrojillos y Mosquiteros musicales los que inundan los robledales vera.



De cuando en cuando el agua rellena pozas o piscinas naturales, acontecimiento plenamente natural de primera magnitud no solo por la calidad del agua de Alardos, la belleza exclusiva de estos charcos sino por su temperatura templada que convierten el baño en placentero y gozoso, algo singular de las gargantas de la Vera Alta.
En años de sequia extrema como este y otros muchos en los años anteriores, sin llover practicamente nada en todo el año y con dos nevadas pequeñas, la naturaleza de Gredos nos sorprende a propios y extraños.Es un maná de agua inagotable aparentemente, pero es que no se acaba y no acabamos de creernos el milagro. La madre Gredos ordeña de sus entrañas el liquido de la vida para regalarnoslo a cambio de fuego, cicatrices y heridas irreparbles en su sensible piel de madre.Madre del agua, madre del frescor y brisas... madre de tantas cosas buenas.

Las tardes son más cortas la luna y el sol se ven, y el baño con estas temperaturas es todo un placer aun cuando la luna se ha encaramado en lo más alto.
Se esparrama el agua de Alardos en la caja del rÃo TÃetar, rio largo, encantador Corredor Ecológico y de Biodiversidad que atesora rincones insospechados y dichosos

Charco el Negro en Alardos, con luna arriba, de principios de Agosto.
Puente romano de Alardos de anochecida con aguas tibias.

RÃo Tietar, vertebrador de vida, padre que recoge las aguas purificadoras de Alardos y las demás gargantas de la vertiente sur de Gredos.

Luna lunera, cascabelera te vas apagando segun avanza septiembre y tu mirada se torna inquieta.
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