OTOÑO EN LOS BOSQUES DE LA VERA PDF Imprimir E-mail
Usar puntuación: / 1
MaloBueno 
Sábado, 22 de Febrero de 2014 21:10

OTOÑO EN LOS BOSQUES DE  LA VERA, SORTILEGIO DE COLORES.

Hola amigos, os quiero hablar sobre el otoño en la comarca de la Vera,  pero desde el  mejor punto de vista que no es otro que el de los ojos de  la niñez,  que todos llevamos dentro,  desde la capacidad de asombrarse por las cosas hermosas, desde la ensoñación.  No dejéis nunca de soñar,  en  pisar un suelo repleto de hojas en medio de un bosque inmenso de hojas doradas y verde musgo,  al pie de unas montañas insondables  repleta de escondidas  gargantas de aguas cristalinas y fantásticos rincones esperando a ser descubiertos.

Os dejo unas trazas a modo de reflexiones y fotografías sobre el otoño en la vera, una estación colmada, con  paisajes y vistas perfectas para disfrutar de unas vacaciones profundamente interesantes.  Ven a conocer  estos otoños de ensoñaciones, que proyectan su benéfica  luz al  interior del alma.


robledal en otoño en regaderas

   Bosques magicos abrigan las laderas de Gredos. En los bosques, sierras y horizontes, estallan los colores  embelleciendo  las vistas de la Vera, embriagadas en borracheras de   caprichosas  tonalidades,  tocadas  de una luz mágica y cambiante.

  Madrigal de la Vera.


macho montes y chivo delante de bosque otoñal y Almanzor

                 Cabras monteses, en otoño de noviembre a diciembre se produce el celo de la reina de las cumbres, todo un

                 espectaculo de la naturaleza donde los machos se pelean a muerte por el favor de las hembras.


chorro de la ventera en otoño

Los otoños en la Vera son excepcionales, con una gama de colores deslumbrantes, los paisajes se vuelven sobrecogedoramente hermosos. Chorro de la Ventera en Villanueva de la Vera.


roble con rama alargada, abajo a los pies del chorro de la ventera

   La naturaleza busca sabiamente el equilibrio de la luz, en el arte de vivir en la naturaleza salvaje. 

   Aguas claras, vibrantes en los días  de otoño, cantan los cantos rodados entre el discurrir del agua que se suelta a su destino.


roble grande del castañar de la tia claudia

  

La Vera nos ofrece deliciosos paseos, por rincones perdidos, donde la brisa juega con las  hojas  que  revolotean  como coloridas mariposas.  Paseos de sosiego y vitalidad para el espíritu, entre paisajes que derrochan color y agua. Una vez se ha disfrutado de alguno de estos momentos especiales, se grava en la memoria y se tornan instantes para volver, instantes para soñar, de pisar lo que se ha soñado, de volver a soñar lo que  ya se ha pisado.


cogiendo castañas

   Cogiendo castañas en Arroyo Hondo. Villanueva de la Vera.

  

amanita caserea con frutos de madroños caidos en el suelo

   Mas de 100 especies de setas podemos encontrar en los bosques veratos, todo un placer para aficionados a la micologia, pues basta conocer las setas mas conocidas ( niscalos, parasoles, boletus, amanitas caesareas) para recoger buenas cestas y degustarlas con un poquito de aceite verato, sal y buena compañia.


    

cielo con ojas de castaños en el castañar de la tia claudia

La Vera nos ofrece deliciosos paseos, por rincones perdidos, donde la brisa juega con las  hojas  que  revolotean  como coloridas mariposas.  Paseos de sosiego y vitalidad para el espíritu, entre paisajes que derrochan color y agua. Una vez se ha disfrutado de alguno de estos momentos especiales, se grava en la memoria y se tornan instantes para volver, instantes para soñar, de pisar lo que se ha soñado, de volver a soñar lo que  ya se ha pisado.

No cesan las hojas de bailar con el viento, al compas del tintineó de los cantos rodados movidos por el agua, que entonan las canciones celticas de estas tierras, recordando otros tiempos.  Aire de silencio que regala pureza, arcoíris nacientes en cascadas de gargantas.


otoño bosque de ronzapata

   Robledal de la solana del paraje de Ronzapata. Villanueva de la Vera.

  

robles y helechos en otoño

Sol de otoño esperanzador, ilumina los  corazones  de los niños grandes y pequeños. Son tan necesarios para sentirse vivo, tan elementales, tan curativos, tan deseados para asomarse al sol tierno de la mañana y respirar el amanecer  para creer que el mundo es mejor.



castaño de marcos

Luna nueva, estrellas palpitantes, noche placentera  que  llega con el griterío de las grullas y el canto de los cárabos.

Castaño con el fruto caido tapizando sus pies.

 Â